Aquí llego, con la primera entrada del 2012 después de cerca de medio año sin escribir. Los marcadores ya oxidados de mi lucha constante están temblando ansiosos ante recientes acontecimientos que no tardarán en llegar. O al menos así lo espero. Pero todo a su tiempo, con calma, despacito y con buena letra, aunque lleve ya mucho tiempo sin escribir tanto en el blog como en mi corazón, creo que aún conservo algunas dotes literarias innatas con las que nací. Así que vamos al lío sin más dilación.

En primer lugar me gustaría hablar de Sebas. Veamos... Sebas es un chico de 18 años, super buen niño, un cacho de pan, solidario, carismático y realmente maduro para la edad que tiene. Puede que algunas veces, pocas, pero algunas, sea un poco pesado, pero realmente es así porque se nota que está falto de cariño. Me encanta salir con él, reírnos, vacilarle y volver a reirnos... Comentar asuntos de política, religión, películas, series... En fin, de todo un poco. Pero lo que más me ha llamado la atención (sentimientos secundarios aparte), es la capacidad tan increíble y tan valorada por mí persona que tiene para escuchar a la gente. Es una de esas pocas personas que conozco que saben cómo prestar atención y cómo hacer que la persona que habla se sienta bien con el simple hecho de dialogar... No sé... Es un encanto de persona y me alegro de poder contar con él en mi corta pero buena lista de amigos. Espero que la amistad que está naciendo ahora no se nos vaya de las manos porque no me gustaría.
Hablando de amigos cabe destacar también que aunque hoy cierre definitiva y rotundamente esta etapa de mi vida, habrá personajes principales como Sara, Nata, Damián y Raúl que seguirán estando presentes, así como mi compañera de trabajo Katy e incluso mi 2.321, pero con connotaciones muy distintas a las tomadas hasta ahora. En cambio, otras personas o recuerdos, también se quedan atrás... Adri y yo, por ejemplo, no hemos sabido combatir el peor enemigo de las relaciones, la distancia, y lejos de echarle la culpa a él o atribuírmela a mí mismo, simplemente diré que me da mucha pena haber "perdido" algo tan valioso como lo que tenía con él... Marcos, por su lado... En fin... Simplemente agradecerle a Silvia el valor tardío que ha mostrado al contarme la verdad... Ahora creo que realmente su recuerdo sí está limpio. Sebas me dijo una vez, hace unos días, que aún estoy enamorado de Marcos... Me sorprendí a mí mismo dudando... Y le repondí un tímido "no lo sé". Pero la verdad es que es difícil estar enamorado de algo que ya no existe, así que supongo que la respuesta es "no". Todo se resume en un cariño intenso y profundo que, de momento, nadie ha podido superar.
Pero a ese cariño le ha surgido, para bien o para mal, un rival y he de reconocer que es un rival muy fuerte. Se llama Antonio y es un artista nato de los pies a la cabeza en muchos aspectos. Es de esas personas increíbles que por circunstancias de la vida y casualidades remotas y diversas del destino se cruzan en tu vida, bien para hacerte felz, bien para reirse de ti y pisotear, escupir y humillar tus sentimientos. La velocidad de vértigo que está tomando este giro inusual e inesperado en mi vida me asusta incluso a mí, pero antes me llenaba la boca hablando del "Carpe Diem" y no va a ser menos ahora. En realidad estoy un poco cansado de que Nata me diga siempre con toda la razón del mundo "que soy una persona metódica, calculadora, que lo estipulo todo con la mente y que no me dejo llevar por el corazón". Quizá el título de este blog se lo debo a ella y espero que comprenda alguna vez que la mayoría de las acciones que tomo con el corazón igualmente están reñidas con la mente. Es difícil actuar con un órgano cuando el mismo se encuentra fragmentado en pedacitos, más que nada porque temes que antes de que vuelva a sanar, te lo vuelvan a destruir. Pero hablaba del "Carpe Diem"... Y hablaba también de Antonio...
La verdad es que no quiero hacer muchas más presentaciones... Creo que al haber metido en escena a Antonio y Sebas, haber comentado brevemente el cambio en mi vida laboral y mi relativo fracaso académico (cada uno que lo juzgue como mejor pueda, aunque para juzgar ya está Dios), y haber hablado por alto del cambio de canones de personas como 2.321 (retiradas a un segundo plano de momento), es suficiente por hoy, para dar concluída esta etapa.

Esto es todo por ahora. Con la llegada del verano, el disparo de las emociones y las hormonas, y mi renovada situación llena de tiempo libre tendré más oportunidades para escribir, y así lo haré.
Para concluir, pondré una canción que, lejos de indicar cómo me siento,
es una canción preciosa que me enseñó Sebas hace unos día.
Volveré pronto, mientras tanto, esperaré a que mi príncipe despierte...
Fin de la segunda temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario